Es uno de los monumentos más característicos de Aguilar de la Frontera, siendo una de las muestras de arquitectura civil más importantes de la localidad. La Torre del Reloj se construyó durante el reinado de Carlos III, entre 1770 y 1774. De unos treinta y dos metros, se compone de una consistente base en sillares de cantería, tres cuerpos de ladrillo agramilado bien proporcionados y decrecientes, cúpula con linterna y veleta de hierro forjado. Responde a una estética barroca, siendo acabada con una gran profusión decorativa.