A partir del s.XVII surgen en esta villa una serie de casas solariegas que huyen del recinto amurallado y se asientan a lo largo de las principales redes viarias de comunicación. Así, la mejor manera de exteriorizar su presencia en la sociedad es a través de suntuosas fachadas y escudos heráldicos, formando con el tiempo un conjunto de inigualable belleza y atractivo visual.