Así se conoce la Torre de Santo Domingo, uno de los elementos más importantes que se conservan del desaparecido exconvento dominico. Se edificó hacia el año 1757 y de singulares características, supone uno de los principales elementos del patrimonio histórico-artístico rambleño. Debido a su estructura esbelta y ligera, puede recordar a la Giralda de la Catedral de Sevilla.